La luz artificial

Ramiro Sampedro

España es el país de la luz natural (mucho sol y mucho calor) sin embargo, la electricidad, la que nos da calor en invierno y frío en verano, la que nos deja ver la televisión y leer un libro de noche, la que hace funcionar la lavadora o el lavavajillas, se está convirtiendo en oro para las eléctricas, vaciando los bolsillos de los consumidores que somos todos.

El Gobierno de Sánchez parece que nos quiere poner a oscuras, para no ver ni escuchar sus mentiras y perdernos en la oscuridad.

La luz es vida y la sombra es muerte, de esto saben mucho los gallegos a través de Rosalía de Castro.

Los socialistas están en contra de la Iglesia, pero por el precio de la luz, nos están empujando hacia la casa de Dios, pues aquí podemos encontrar la luz Celestial.

Jesucristo dijo: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. Esto es un buen eslogan, para que los sacerdotes puedan volver a llenar las iglesias de fieles.

El que quiera luz divina y además gratis, tendrá que acudir a las iglesias, esta luz no necesita de contador, está disponible día y noche y las facturas no existen. Parece ser que la luz artificial es la luz del pecado, pues es producida por el ser humano. En el Congreso de los Diputados, todas las decisiones se toman bajo la luz artificial y ahora comprendemos el elevado precio de la luz y sus consecuencias.

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