Empecé yo cenando fuera, entre las plantas y la calle. Es que nos han puesto una farola muy potente en la calle. Y ahora todo el edificio cena fuera, en la acera. Una gozada. Y ahorramos mucho en luz. Nos da incluso para leer a la luz de la farola y quedarnos dormidos. No nos despiertan ni los del botellón. Lo de la colada, a cada uno lo lleva por libre. Yo hago una al año. Por ahorrar y por no hacer ruido de noche. La cocina, tenemos una de butano en el sótano para todo el edificio. La compartimos para no gastar luz. Lo de la calefacción lo arreglamos corriendo por la acera antes de dormir. Hacemos deporte y entramos en calor al mismo tiempo. El agua caliente para ducharse está sobrevalorada. Nos la imaginamos. Ya no vemos películas ni series. Las hacemos nosotros en la acera. Con nuestros personajes, atrezzo e historias. No descartamos venderle una serie a Netflix. Y con los derechos de autor a lo mejor pagamos la luz. La acera da para mucho. Gracias a las eléctricas somos una familia. Sin luz, claro.