Querido Luis:

Nos dejas a todos huérfanos, ¡con el permiso de tus hijos!

Imposible cuantificar todo tu cariño, tu dedicación, tu amistad, tu calidad humana, tu bondad, tu profesionalidad, y tu pasión por nuestros niños....

¡Infinitas!

¡Con ese genio y esa retranca gallega tuyos, tan característicos!

¡Qué gran persona y qué gran médico!

Te llevaremos en el corazón para siempre.

¡Ha sido un regalo conocerte y quererte tanto!

Gracias a toda tu familia por entender tu vocación y dejarnos compartir tu tiempo y tu vida con nosotros.