Hace años vivimos en un sistema donde la mayoría le echaba la culpa, pero no se podía criticar. Después tuvimos un periodo tranquilo de conexión con la democracia, pues era el futuro.

Con la democracia llegó el pensamiento neoliberal, el sistema es bueno, pero las personas no lo son. Ahora parece que las agujas del reloj se mueven en dos sentidos.

Todos piden un cambio del sistema. La pregunta es si se podrá hacer. Nos damos cuenta que apenas existe un poder que pueda corregir este sistema de rebasar.

Nuestros políticos están sujetos a este sistema, pues han invertido y aceptado sus condiciones, favoreciendo sus cajas B.

La llamada de mas crecimiento, más ganancias y más poder es la oración de todos los días.

Los ciudadanos se quejan y los políticos tratan de bajar esas tensiones con frases milagrosas o cuentos de hadas.

Sánchez también pertenece y se ha convertido en un arquetipo de este sistema, con rasgos manipuladores y autoritarios que siempre le acompañan.

El precio de la luz no lo puede rebajar, las eléctricas son intocables, para ello reduce los impuestos, ingresando el Estado menos dinero, para después recuperarlo por otras vías.

Este sistema necesita una revisión.