La adrenalina inyectable es un medicamento que mantiene con vida a los alérgicos mientras no somos llevados a un hospital en caso de reacción grave. Salva vidas y es por ello que en las charlas que se dan en las plantas de Alergología se insiste tanto en que debe estar siempre con nosotros. En cambio, cada vez hay más casos de gente que pudiendo haber salvado su vida la pierde o llega ‘in extremis’ y es que quizás detrás de todo esto hay algo más. Lo lógico es que te receten 2 cajas de 2 plumas cada una que cuestan 80 euros que yo al menos hoy no me puedo permitir. A finales del año 2020 se vende la bajada de precio generalizada de diversos fármacos, pero se oculta la subida en el caso de la adrenalina. Se argumenta que los laboratorios alegan falta de rentabilidad, son medicamentos esenciales difíciles de sustituir y la falta del mismo puede conllevar la muerte en caso de pacientes que no estén en esos momentos en un entorno sanitario. En Estados Unidos por ejemplo la subida de precio desde el año 2007 ha sido de un 500% y en España al menos no se considera un medicamento de precio reducido por lo que gran parte del coste lo asume el paciente. Si a eso añadimos que la fecha de caducidad no llega al año tenemos la fiesta montada. Yo he podido comprar mi pluma, una, por la que he pagado 21,50 euros, que caduca en abril del año que viene, es decir en 8 meses. Que en abril si tengo suerte de no haberla utilizado tendré que llevarla a un contenedor en una farmacia y hacerme con otra, que lo lógico sería que tuviera al menos 2 porque si a los 5-15 minutos los síntomas no mejoran hay que inyectarse una segunda unidad. ¿Alguien me puede explicar quién puede permitirse el lujo de tener 40 euros en el bolso por si acaso? ¿De qué me vale que se siga fabricando si no me lo puedo permitir? ¿Por qué un medicamento que salva vidas no tiene un precio superreducido? Yo llevo mi pluma conmigo esa que me da 5-15 minutos de margen, pero tristemente soy consciente que mucha gente no se puede permitir ni si quiera eso y asume el riesgo porque las alergias siguen siendo casi tan desconocidas en su origen como en el siglo pasado y nunca sabes cuándo vas a tener una reacción y en qué grado.