Parece que algunos no quieren aceptar los empates o las derrotas de la Roja y siempre buscan un culpable. Hasta Luis Enrique encontró un culpable en el césped de La Cartuja.

Si el seleccionador español busca una excusa, los aficionados fanáticos también la buscarán. Perder un encuentro es una parte esencial del deporte. Unas veces se gana y otras se pierde.

Morata, por fallar varias oportunidades, fue amenazado. Hasta su familia.

Ahora, desde el sillón o silla de la terraza es muy fácil lanzar amenazas y la culpa la tiene internet.

Hace 20 años era muy difícil amenazar a un jugador de fútbol. En aquellos tiempos era dificultoso conseguir su dirección, tener un sobre, papel, comprar un sello e ir en busca de un buzón. Esto era mucho trabajo para el aficionado fanático.

Ahora con el ordenador o teléfono y acompañado de una cerveza es todo más sencillo. No se necesita tener sobres, sellos ni buzón. Con una pulsación del índice las amenazas parecen que vuelan. Las críticas siempre existieron, pero con la llegada de las amenazas los jugadores corren un gran riesgo de convertirse en la meta de esos fanáticos.