Sí, al profesorado nos vendieron por profesional esencial a la sociedad. Allá por enero, comenzamos a oír que nos vacunarían. Familiares y amistades nos decían: ‘Qué bien pues estáis rodeados’. Centros de ochocientos o mil alumnos, de enseñanza presencial, claustros de profes de sesenta o más y personal no docente. Nos parecía merecido y hasta lógico, incluso nos lo creímos. Llegó febrero, marzo e incluso a algunos les tocó más tarde y nos fueron vacunando des-pa-ci-to como dice la canción. En los grupos de Whatsapp de profes corrían un sinfín de preguntas y respuestas. ¿Te vacunaron? ¿Y a ti? Pero, ¿de qué año eres? ¿Por qué letra empieza tu apellido? Pasan los meses y seguimos a la carga, como el curso no ha sido duro ni nada... Seguimos con la misma cantinela. Pero, entonces, ¿a quiénes vacunaron? ¿Y a los que tienen más de 60 sí y a los de 59 no? ¿Se colaron a los de 55? Los de 30, ¿ya están vacunados? ¡No me lo puedo creer! ¿Tú entiendes algo? Yo tampoco. A quien me esté leyendo, si me vacunaron en marzo y hoy es 30 de junio, día de vacaciones, me pregunto, ¿por qué la segunda dosis no corre por mis venas?