España es uno de los países del mundo donde vivimos más y también uno en donde nacen menos niños. Eso plantea un problema para nuestro sistema de pensiones. Bruselas, a cambio de los 140.000 millones de euros de ayudas, exige al Gobierno una reforma laboral, una reforma fiscal y una reforma de las pensiones. El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, tiene prisa en anunciar que ya ha llegado a un acuerdo con los sindicatos y los empresarios. La CEOE ha dicho que, de acuerdo, todavía nada. La reforma de Escrivá tiene factores positivos: por ejemplo, aumenta la penalización a las jubilaciones anticipadas y facilita la participación de los mayores en el mercado laboral. Pero al establecer la revaloración conforme al IPC, y al suprimir el llamado factor de sostenibilidad, encarece la factura de las pensiones.