El día 4 vimos cómo los madrileños, desafiando al COVID-19, se echaron a la calle formando grandes colas para poder participar en la fiesta de la democracia.

Tuvieron mucha paciencia, pero eso era lo de menos, depositar su voto era lo más importante, pues no querían que su ciudad fuese ocupada por una izquierda indefinida. Del mundo político, el día 4 se pasó al mundo de la calle, las colas interminables para votar, demostraron la preocupación y patriotismo de los madrileños por su comunidad.

Los resultados de las votaciones demostraron que la estrella política Isabel Díaz Ayuso se ha consolidado como una gran política, noqueando a Ciudadanos, obligando a que P. Iglesias tirase la toalla y venciendo por mayoría al Sr. Gabilondo. Hoy Madrid se encuentra dividida entre la Moncloa y la sede de la Puerta del Sol y esto no es del gusto de P. Sánchez, pues sabe perfectamente que Madrid no es un accidente de la historia, pues aporta un gran valor añadido para sus ciudadanos.

El futuro político de Ayuso será mucho más largo que su pasado.