Duque, presidente de Colombia, también destapa de algún modo la hipocresía de muchos países latinoamericanos, raudos siempre a condenar las políticas migratorias estadounidenses, mientras vulneran ellos mismos sistemáticamente los derechos humanos de migrantes y refugiados.

El inicio de la campaña de vacunación contra el COVID plantea además el problema de la ineficacia, en términos de salud pública, de cualquier estrategia que margine a estas bolsas de población. Pero sobre todo Colombia merece en estos momentos apoyo económico. Están muy bien los halagos, pero seguro que el país agradecería mucho más los gestos de solidaridad concretos.