Una ignominia política

Adolfo Costas Gascón

Pontevedra

Son inaceptables unas declaraciones del vicepresidente Sr. Iglesias en una entrevista al diario Ara, en las que dijo “En España no hay una situación de plena normalidad política y democrática”. Argumentando su declaración en el hecho de que existen presos políticos en Cataluña. Si estas manifestaciones partieran de un ciudadano de a pie serían infundadas por inciertas, porque España ocupa la posición 16ª de las democracias del mundo, pero al proceder del vicepresidente 2º del Gobierno son inadmisibles, y constituyen aparte de un contrasentido, una ofensa y agravio a todos los españoles.

Esta clase de manifestaciones definen y descalifican por sí mismas a la persona que las vierte, pero lo lamentable del caso es que todavía no hayan tenido una respuesta contundente por parte del presidente del Gobierno, cesando fulminantemente al Sr. Iglesias, que es una deshonra y desprestigio para España. Porque por otros motivos más lasos, se han tomado este tipo de resoluciones, y en alguna ocasión ha sido el propio interesado quien, por incompatibilidades y desacuerdo con la forma de gobierno, en respuesta a su honor y coherencia ideológica, ha dimitido. Pero me temo que no estamos ante este caso. Al respecto se me ocurre un ejemplo: ¿alguien se imagina al secretario del Papa despotricando contra la Iglesia, sin que su comportamiento tuviera una reacción firme de reprobación y cese automático en sus funciones?

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