Los muertos que Ud. cita junto con muchos más son las víctimas de una Guerra Civil. Guerra Civil pronosticada por nuestro insigne gallego Julián Besteiro Fernández, que preside las Cortes los dos primeros años de la II República como miembro del Partido Socialista, lo pronostica en varias ocasiones. Muertes totalmente reprobables e injustificadas, muchas por motivos políticos y otros por motivos personales. Esto ha ocurrido en ambos bandos, pero con dos importantes diferencias. La primera es que en el bando de los sublevados los tribunales los formaban militares y en el bando republicano lo formaban personas que no tenían nivel cultural alguno en la mayoría de los casos. Antes de seguir, son reprobables los dos. La otra diferencia es que del lado de los sublevados se conservan las documentaciones de los juicios, no discuto que careciesen de garantías, pero hay donde ver y mirar y reclamar, en el otro bando no existe documentación alguna. Y añado en los juicios de la zona republicana todos o casi todos acababan en pena de muerte, no así en la otra zona sobre todo al final de la guerra, muchas penas de muerte eran conmutadas por 30 años de cárcel, que acababan siendo tres o cuatro años, pues no había con que dar de comer a tanta gente.

Sobre el tema de las famosas fosas tengo que decir lo siguiente. Que pueda haber gente en las cunetas no lo discuto, y que toda persona sea quien sea tiene derecho a una digna sepultura. Ahora bien, esas escandalosas cifras no las comparto. Tengo que decir que en julio de 1944 el entonces gobernador civil de Ourense prohíbe que se saque a nadie de las cunetas por motivos sanitarios, eso quiere decir que se estaban desenterrando, no iba a ser solo en Ourense. En Baiona en la famosa curva Dos Nove, los de la Memoria Histórica fueron a ese lugar a buscar restos y la gente del lugar le dicen que ya por los años 40 sus familias ya los habían desenterrado. Esto quiere decir que se hacía en toda España.

Las personas son libres de reclamar sus muertos ante quien quiera, pero me parece fuera de lugar asimilar estos muertos con los desaparecidos en Argentina. Llamar también Holocausto a lo ocurrido en España no lo comparto, incluido los muertos en la zona republicana, de donde hubo tantos o más, algo en que se empeñan en ignorar. Lo mismo que los crímenes horrendos que se han cometido con la Iglesia Católica, algo que con esa saña y odio no ocurrió en ningún país del mundo, lo que hace que la II Republica ante la comunidad internacional perdiese toda categoría y credibilidad.

Le recuerdo que cuando llega la Transición una de las páginas más hermosas de nuestra historia, con una gran generosidad y grandeza de espíritu sobre todo por parte de la izquierda, personas como Simón Sánchez Montero y Marcelino Camacho Abad, recién saliditos de la cárcel por motivos políticos, dijeron: “Las dos Españas nos hemos amnistiado mutuamente”. A todo esto a personas represaliadas se les reconocieron sus derechos y se le pagaron atrasos, bajo del Gobierno de Adolfo Suarez.

Termino; repruebo y critico los asesinatos de las personas que cita, sobre todo de Alexandre Bóveda con el que mi familia materna tenía una gran amistad, y Alexandre había sido un alumno aventajado de la academia de mi tío abuelo Amador Villar Amor. Decir también que Alexandre tenía una gran amistad con José Calvo Sotelo, que de no haberlo asesinado y de qué manera no le hubiese pasado nada a Alexandre Bóveda.