Continúa siendo un enigma para la ciencia, capaz de salvar de un virus a la Humanidad, qué extraño sentimiento mueve a alguien a rociar de gasolina y prender fuego a un indigente o a perseguirlo por las calles para empujarlo al suelo, robarle y humillarlo y aún así compartir luego en su hogar enriquecedores sentimientos familiares. Es importante que el hombre gaste en tratar de llegar a Marte, pero no lo es menos en poder delimitar hasta dónde llega la enfermedad y comienza la maldad de un ser humano, a fin de no errar al tratar de enajenado y poner en la calle a quien debiera ser tratado como delincuente en una cárcel por agredir por diversión a mendigos que antes solo necesitaban protegerse del frío, de la lluvia, del hambre, de la soledad, de...