Segunda ola de la Covid. Nos coge con lo puesto. Si es preciso confinarnos para pasarla, nos confinamos. Si no puedes ir al bar, pues te quedas en casa. Si hace falta parar toda actividad, salvo la esencial, la paramos. No pasa absolutamente nada si no te puedes ir de rebajas a comprarte el modelito del finde. No vas a mejorar nada tu vida social por estar apoltronado en el bar viendo el mismo partido una y otra vez. No pasa nada porque no te escapes de tu ciudad cada fin de semana. No tienes por qué enorgullecerte de no llevar mascarilla. Hazte una revisión de ahí arriba si estás en contra de las vacunas. Algo no va bien.

En cuanto al sistema, algo tiene que cambiar. No se va a derrumbar la economía. Se trata de vivir con lo esencial. La economía es siempre cíclica. Tras cada debacle toca la lenta reconstrucción. Y a lo mejor ahora hay que modificar lo que fabricamos. Este modelo está caduco y lo sabemos todos. Los coches ya no pueden ser como hasta ahora. No deben contaminar

Y, ¿por qué tenemos que tomar medidas contra la Covid? Porque llega el invierno y evidentemente aún no tenemos vacuna. Y todo el proceso lleva su tiempo. Primero la vida, luego la economía.