Uno de los grandes problemas de este país es que nos creemos cosas que desde afuera se nos dice, marcándonos peyorativamente. No es algo nuevo, en historia se denomina “leyenda negra” y responde a la propaganda que, desde los Países Bajos, Inglaterra y Francia –a la sazón enemigos históricos de España en tiempos pretéritos– han emitido desde el s.XVI. Lo triste es que nosotros mismos hemos asumido esa propaganda haciéndola nuestra.

Hemos de luchar contra ella, para lo cual tenemos que volver a revisar nuestra historia, reaprender de ella –les aseguro que se sorprenderían…–, y, así puede que con eso podamos remediar y/o mejorar la manera de gobernarnos… Y es que, estimado lector, la manera más lógica de gobernarnos históricamente es la federativa.

No obstante, este no es el tema que quisiera exponer, si no recordarles que uno de los personajes que hizo grande a la Humanidad y a España, era gallego.

Nació en Poio, cruzó el océano y con ello se inició un proceso imparable, abriendo una ruta que después se fue ensanchando, haciendo a “pequeña” escala, lo que la Humanidad está destinada a hacer en un futuro, ir más allá –Plus Ultra–. Se le tildó de todo, entre otras cosas “genocida” y “ladrón”, cosas que, si estudiamos de nuevo los documentos veremos que es falso. Tan solo se trató –para bien o para mal– de un hombre de su tiempo, su nombre era Cristóbal Colón… si, así es, ha leído bien, Cristóbal Colón era gallego y de Poio.

Así lo aseguran los documentos encontrados y estudiados por el pontevedrés Celso García de la Riega en su obra “Colón, español. Su origen y patria” (1914) y los continuadores de su tesis; tesis que fue vilipendiada desde el extranjero y en el interior –una cuestión que, aunque sabemos parte, sería digna de un estudio concienzudo–.

Así lo demuestran también dos huellas en piedra, vaya usted a verlas: el pedestal del cruceiro de la Casa Museo de Colón, en Poio y a la basílica de Sta. María la mayor, la lengua en la que se expresa es en un castellano salpicado de vocablos gallegos –ver su primer Dario de abordo–. No está leyendo una fantasía, las pruebas están ahí, dé usted el paso y lea, investigue, hay multitud donde elegir y use el sentido común, verá cómo este tema le acabará enganchando.

Verá también cómo tanto el personaje como su origen es tratado a modo de arma política.

En todas partes lo reivindican como suyo, elaborando tesis muy vagas o con falta de objetividad. Colón es gallego, como se ha demostrado. Por mi parte, como historiador, seguiré luchando contra ese dogma establecido y que tenemos que derribar.