Desde el principio de los tiempos, la necesidad reproductiva del ser humano (como la de cualquier otro animal), ha convertido a nuestra especie en un ente de dos. Nos hemos distribuído en parejas, porque entre otras cosas, hasta la fecha no se ha encontrado una manera más sencilla de asegurar nuestra existencia y eso ha hecho que el binomio se instalase en las sociedades como la única opción de vivir completos.

En los tiempos modernos, cineastas, músicos, escritores y un largo etcétera de productores de cultura, se han fajado en demostrarnos al resto de la sociedad que la pareja es lo necesario para vivir feliz y tranquilo; un all you need is love y "a lo demás que le zurzan", se podría completar. Es imposible encender la radio y no verte abrumado por una avalancha de mensajes de amor obsesivo, envueltos en melodías melosas y repetitivas que nos instan a encontrar ese no sé que, que te hace sentir no sé que cosa. Es casi imposible ver una serie o una película, sin que el protagonista enloquezca por esa persona que todo lo mueve.

Y es que, con tanto lío, nos hemos olvidado del individuo. Nos hemos olvidado de nosotros mismos, de estar solos, de disfrutar de uno, de avanzar por nuestro propio pie. Nos vemos envueltos en una carrera por encontrar ese apoyo que nos evite la caída (otra más) y con razón, ya que todo a nuestro alrededor nos empuja a correr por ello. Y mientras tanto el individuo se marchita, se nubla, desaparece. Un día tal apoyo decide irse y lo más importante es buscar rápidamente otro, porque el refranero dice que "un clavo saca otro clavo". Es triste ver cómo eso ocurre, cómo las personas no saben planificar sus vidas en "mono".

-¿Hey Pablo, tomamos una?

-Sí, ahora vamos.

Y ojo, no se me malinterprete, compartirse con alguien es algo maravilloso; una de las cosas buenas de la vida, pero ¿cómo es posible que uno se pueda compartir si ni tan siquiera es consciente de quién es en solitario?

La vida avanza y pobre del que se quede solo en su lecho de muerte, pues no va a tener absolutamente nada que contarse.