La explicación que el portavoz médico del Gobierno, Fernando Simón, ha dado al baile de cifras de fallecidos en las estadísticas oficiales no parece muy adecuada. Afirmar que "hay errores de datos en todas las pandemias" es una salida que lo dice todo y no dice nada, que implica un escaso rigor y seriedad en el tratamiento de esta crisis dramática.

No es de recibo que en España, con un sistema administrativo garantista, con mecanismos de control en las administraciones públicas, con un mando único como consecuencia del estado de alarma desde los primeros momentos de la pandemia, no se sepan cuáles son los números exactos de muertos por la crisis del Covid-19. La prolongación del estado de alarma debiera servir al menos para conocer a fondo cuántos son los contagiados, cuántas personas se han curado y cuántas han fallecido.