El berrinche (rabieta), actitud surgida en la tierna edad, hace parte crucial del desarrollo infantil, pudiendo perpetuarse en individuos que creen intemporales. A grandes rasgos se puede inferir en actos de algunos integrantes de la actual oposición al Gobierno que, a través de mentiras y acciones sin escrúpulos, intentan subir en las encuestas y alcanzar más poderes políticos en España.

Ejemplo perfecto es la presidenta de la Comunidad de Madrid. Día tras otro compareció en los medios de comunicación planteando al Gobierno la necesidad de equipos de protección individual (EPI) para el personal sanitario a causa del Covid-19. Lo ilógico es que ahora la presidenta tenga intención de repartir a través de las farmacias seis millones de mascarillas FFP2 a los madrileños a sabiendas de que este tipo de mascarilla está destinada de forma preferente a los sanitarios. Igualmente, arguyendo querer lo mejor para sus ciudadanos, la rabieta de Ayuso no se detiene ni mismo cuando los niños y el hambre caminan juntos. Decretado el estado de alarma, Ayuso rescindió los contratos con concesionarias de comedores escolares contratando a franquicias que ofrecen comida "basura" para alimentar a los menores de familias vulnerables económicamente.

¡Señora Díaz Ayuso: crecer o crecer, sin opciones!