La Guerra Fría, término acuñado por George Orwell (1945) y todavía en boga incluso al asomar el Covid-19, representa actualmente la tentativa por el liderazgo en la carrera tecnológica entre China y EUA.

Más que nunca, estruendosa la batalla entre gato y ratón, Xi Jinping contra Donald Trump, "los laboratorios" de los respectivos mandatarios buscan hallar la fórmula de la vacuna y cura de los infectados por el coronavirus. A pasos gigantescos para alcanzar el dominio y desarrollo de la "PÓCIMA" les imponen objetivos que no dejan de ser pretensiones comunes: lograr la Superioridad, el Poder, el mercado de los medicamentos y no menos que millones y millones de euros. Todo siguiendo el ámbito del Acuerdo TRIPS (Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el Comercio) y que es de aplicación en España (desde 1996) y en la Comunidad Europea.

Lo que me parece incomprensible es que pasados decenios, grandes potencias mundiales y muchos genios todavía no hayan encontrado la vacuna para las 113 millones de personas de 53 países que "experimentaron inseguridad alimentaria aguda" en 2018 (UE, ONU) e igualmente pasarán en años venideros, con o sin Covid-19.