Soy un optimista por naturaleza, y por tanto creo fervientemente que saldremos de este shock; es más, confío que las grandes fortunas se van a portar y por esta vez, ayudarán en la reconstrucción de las estructuras productivas sin pedir ninguna prebenda a cambio.

Milton Friedman fue el padre de la doctrina del shock, que en resumen explica que tras una crisis nacional, global, en los momentos iniciales se somete a la población a restricciones de la libertad y confinamiento con el fin de combatir mejor la causa de la crisis (la epidemia del coronavirus). Cuando se está empezando a combatir el shock, los ciudadanos estamos preparados para aceptar cambios sin protestas (qué poco solidarios son los que protestan).

Recortes en gastos sociales, privatización de servicios públicos (cada vez se privatiza más la sanidad, la seguridad), excesivo peso de los grandes holdings empresariales en las decisiones de los gobiernos, cada vez más sometidos a sus amos.

Si van a seguir los consejos de Friedman, porque los tienen agarrados por donde sabemos, tendríamos que cambiar a estas/os señores del Gobierno por otros que no sean tan maleables. El señor Friedman fue asesor, entre otros, de Pinochet y de Bush Jr. tras el 11-S. Con estas referencias deberíamos huir como gato del agua de sus teorías.

En resumen, queridos lectores, estemos al loro y que no nos la metan doblada. Gracias por leerme.