El futuro de una sociedad que tiene sus miras en el progreso se construye desde el presente. Tildar de pérdida de tiempo el arreglar problemas que hoy acontecen para solo confeccionar lo que queramos que esta sociedad sea en 2060 o acaso más cerca en tiempo, 2040, 2030... no se entiende pero algún que otro mandamás de la provincia de Pontevedra propicia ese esquema que raya en lo hiperbólico, e incluso se atreve a criticar a quienes se oponen a callar sobre los problemas acuciantes que observan y desean denunciar.

En fin, la soberbia, la impericia o la vanagloria de los que se auparon en alcaldías o poderes que para algunos son fácticos, por mor de las urnas, deberían saber e interiorizar que los minutos de gloria se establecen según lo realizado y de aquello que sepan bien delegar.

Por el contrario, sostenello y no enmedallo solo conduce a un tipo de mezquidad y de tiempo desaprovechado, por tanto, hay que percatarse sin demora alguna, que los que hoy les dan palmaditas en la espalda por ser elegidos a ejercer de guardia pretoriana, serán los mismos que con las mismas manos les empujarán al más absoluto desafecto. Y, además, desde el mismo sitio donde capitanearon, acaudillaron, decretaron u ordenaron, en este caso, serán apartados, cribados y relegados al desnudo olvido y por qué no, a la mierda.

Por tanto, hay que entender que entre los primeros pilares donde la sociedad se sostiene, se halla la educación, el respeto, saber escuchar, evaluar y valorar al que desinteresadamente contribuye y coadyuva a echarte una mano e incluso te acompaña a que nunca decidas a excluir a la ciudadanía, por el mero hecho de no haberte votado o sí pero no te guste o desagrade. En fin, un buen consejo que lanzo al actual reality show de lo que se ha convertido la política actual.