El más influyente de los consejeros del presidente en funciones dio la clave de los frecuentes vaivenes políticos de Sánchez, al afirmar que "cuando se rompen los consensos hay que recuperar las emociones". Pero Redondo no señaló quién es el responsable de esa ruptura del consenso que justificaría la primacía de los sentimientos, ni tampoco las razones por las cuales Sánchez no ha querido pactar con los partidos constitucionalistas. Según la tesis de su consejero, tendríamos a un presidente que, tras rechazar un razonable consenso constitucional, se ampara en los sentimientos para aliarse con quienes atacan a la Constitución y así seguir en la Moncloa, a pesar de poner en peligro elementos sustanciales de nuestro sistema institucional. Resulta penoso que sean las volubles emociones las que dicten el camino, dejando de lado al bien común.