Salvini aporta su granito de arena para que Europa se sitúe a la mesa donde se merece,ahorrando mucho en justicia al sentenciar a los emigrantes como delincuentes, tanto a quienes buscan camorra como a quienes buscan trabajo. Ante la duda, mejor perdidos por el mar que perdidos por Italia,olvidándose que de bien nacidos es ser agradecidos a quien buscando lejos un futuro ayudó con esfuerzo a construir cerca el suyo. Pues también se sabe de emigrantes italianos,quizás incluso antepasados suyos, que no temieron de la vida ni a la lejanía ni al trabajo, solo un descendiente que desde el poder, también de ayudar, se avergonzara de ellos.

Por suerte el destino no dejó ver hasta dónde llegaría su dejadez por la vida ajena, si a merced de la tormenta hasta perderla o a refugio en puerto hasta juzgarla. Mejor buscar rápido una solución que otra ocasión para averiguarlo.

Es usted el socorrista que niega la ayuda a quien se muere en el mar por bañarse con mar brava y bandera roja, nunca pensó que no se bañaba sino que huía mar adentro de un pensamiento y que solo necesitaba de alguien que lo sacara para saber de su existencia.