El espíritu de Toro Sentado se ha levantado contra las excavadoras de un oleoducto que llevará petróleo por medio del controvertido método del "fracking" desde Dakota del Norte hasta el estado de Illinois. Es la mayor concentración de tribus desde la época de las guerras indias del siglo XIX. La batalla se libra en una reserva de Dakota donde ni Clinton ni Trump pusieron un pie. Los indios rebeldes y pobres han roto ya la indiferencia del pueblo americano hacia ellos. El rechazo de los indígenas de Standing Rock tiene motivos tanto tangibles como psicológicos. Los primeros son de carácter medioambiental y cultural. Porque el oleoducto no pasará por la reserva, aunque sí a menos de un kilómetro de ella, en una zona en la que hay cementerios y lugares de culto tradicionales. También está la cuestión de la salud pública. La tubería cruzará el Missouri a pocos cientos de metros río arriba de la reserva, a través del lecho del pantano de Oahe. Si se produce una rotura, los primeros afectados serán los habitantes de Standing Rock y los de Cheyenne River. Cientos de activistas entre los que se encuentran: 200 tribus indias, ecologistas, Neil Young, Susan Sarandon, Leonardo DiCaprio, Ben Affleck y otros se han pronunciado a favor de los indios.