Puede recaer la cuestión de nuevo en el ciudadano, supongo que antes nos falló la inspiración y ahora, lúcidos ya, gracias a sabias lecciones de políticos confiados en negociar con lo más innegociable, el poder, conseguiremos resultados absolutos para resolver ya la presidencia.

El pueblo soberano no caerá en el estúpido error de ser coherentes en pensar lo mismo hoy que ayer y repetir candidato, lo cual nos llevaría al punto de partida. Están bloqueados en los límites del poder, sin ceder ni otorgar, temiendo mentes ajenas que enajenen, parece ser el único y verdadero proyecto posible de gobierno; continuemos pues vagando por esta España ingobernada sabiendo que estamos sin aún estar.

Ha fallado la diplomacia política, ¿no es hora de mostrar confianza en el pueblo, aceptar la mayoría y, sobre la marcha, enfrentar problemas intentando uniones para resolverlos y no forzar ahora pactos extremos que mantendrían la tensión toda la legislatura?