Vería como lo de él habría sido un "juego de niños". Hay que ver de qué manera está afectando la política a nuestras vidas.

No quiero pensar seriamente cómo pueden quedar nuestras instituciones a tenor de los resultados arrojados en las urnas y el "mercadeo" que están llevando a cabo los partidos políticos, con el único fin de acomodarse en la ansiada poltrona. Cuatro años más sin dar un "palo al agua", con unos más que sustanciosos sueldos. Eso sí, apelando al refrán de Santa Rita ( el escañó que me han dado, en cuatro años, ni Dios me lo quita), y después? ya veremos.

Las trampas están siendo el pan nuestro de cada día, el recuento de votos nunca ha tenido tantas deficiencias, las impugnaciones en muchos colegios electorales son posibles. Cada cual arrima el ascua a su sardina y si cuela, bien y si no, se piden disculpas y santas pascuas.

Unos quieren llegar al poder cueste lo que cueste, otros solo luchan por algo que han dado en llamar sorpaso y los más mediocres, reconociendo su estrepitoso fracaso, tienen la poca vergüenza de exigir un ministerio.

"El francés" Vals se desmarca de su partido y negocia por su cuenta. El presidente quiere gobernar en solitario, pero echar mano de sus contrincantes cuando le convenga.

Rivera, con su especial aceleración, sueña con ser jefe de la oposición. El de Vox está ahí agazapado viéndolas venir e intentando participar de la tarta. Mientras los "sufridores en casa", después de votar, andan buscando a ver quién se llevó su voto.

La alcaldía y la Comunidad de Madrid tienen más "novias" que Messi. Todos los grupos tienen más ofertas que la "semana blanca de El Corte Inglés".

Yo creo que nuestros vecinos de Europa, que antes nos conocían por el toro de Osborne, hoy se inclinan más por la pandereta.

Es curioso que los de afuera aún en criterios hacia nuestra calificación y nosotros en nuestra propia casa no nos lleguemos a poner de acuerdo.

Ya lo decía aquel: "En casa de herrero cuchillo de palo".

Tiempo al tiempo, cargos a los políticos y paciencia y resignación para los "españolitos".