Ruth Beitia salta por encima de tus culebrones de atardecer. Amaya Valdemoro triunfa entre rebotes de baloncesto de élite. Las chicas del Mecalia Guardés llevan el balonmano por toda Europa y no puedes verlo desde tu sillón. Las guerreras de la selección de balonmano vencen más allá de tus sueños. El voley de Monforte está en la élite gracias a otras luchadoras.

Garbiñe Muguruza reina en la pista mientras Chus Lago y Edurne Pasaban llegan a cualquier lugar que puedas imaginar. Las chicas de natación sincronizada moldean formas que tu tele no puede plasmar. Las mejores gimnastas llevan décadas haciendo movimientos imposibles. Un día compitió, incluso, una tal Nadia Comaneci. En gimnasia artística hay cientos de atletas sobradamente preparadas. En patinaje no hay color. Y ya no te digo en baile, que será olímpico en París. Como ya sabrás, Ana Peleteiro es campeona de Europa en triple salto. Imposible mencionar todas las atletas españolas que han sudado la camiseta en cada olimpiada. Carolina Marín, Mireia, Mengual, Arantxa, Conchita o Lydia Valentín han pasado por medalleros que no recuerdas. Montaner, Sarrapio o Sandra Mayers lograron marcas mucho antes de que hablasen de igualdad. Pero lo único importante es que le den patadas a un balón para ser todos igual de iguales. Porque solo somos fútbol, fútbol. Tu cabeza es solo fútbol, fútbol.

La primera futbolista gallega jugó de portera entre hombres con el Orillamar del año 18. Lo creó ella misma.

A Irene todavía le falta una escultura en A Coruña.