El pasado 27 de enero fallecía a los 87 años en Panxón don Modesto Valverde Soto, hombre de bien, honrado y excelente persona, trabajador y entrañable amigo, dispuesto siempre a ayudar a los más desfavorecidos; primero, desde su cargo de máxima autoridad, como alcalde de Nigrán; y, más tarde, desde el club de Leones del Val Miñor, -y siempre desde la discreción y el anonimato-, por lo que su muerte ha producido un profundo dolor, no solo entre sus familiares, sino también entre amigos y una gran parte de vecinos que le hemos apreciado y respetado. Hoy lloramos en silencio su ausencia.

Fue regidor en tiempos muy difíciles, llegó a la Alcaldía allá por el año 1976, cuando todavía en España estábamos en un régimen no democrático -y que tampoco nunca se avergonzó- por sus primeros inicios en política, como tantos otros; cargo que revalidó en las primeras elecciones democráticas del año 1979, formando parte del partido UCD hasta su desaparición, pasando por un partido independiente que creó y también por el CDS hasta el año 1987 que dejó la Alcaldía, pero continuando como concejal en la oposición.

Si alguien es acreedor de un merecido homenaje, este es sin duda Modesto Valverde, que siempre rehuyó de protagonismos y, una vez retirado de la vida política, supo llevar una vida privada dentro de la máxima discreción, y siempre dispuesto a ayudar y colaborar de forma desinteresada con todos aquellos que acudían a su encuentro, haciendo gala de su buen talante y exquisita discreción.

Como alcalde puso los cimientos y estructura del municipio que hoy somos y disfrutamos. Muchos nos sentimos orgullosos de su legado. A él se deben las grandes infraestructuras del municipio y que hoy nos parecen normales, pero hace casi cuarenta años fue todo un hito, máxime cuando los ayuntamientos estaban en penuria económica.

A él se debe que Nigrán hoy disponga de una red municipal de agua potable, pues fue capaz de conseguir que el Estado financiara íntegramente la conexión en alta del abastecimiento desde el embalse de Zamáns hasta los depósitos en Condomínguez y su construcción, que luego se complementaría con redes de distribución en el municipio.

También en infraestructuras educativas dejó su huella. Así, en su etapa se construyó el instituto de Nigrán en Paradellas -el primero en el Val Miñor-, los centros escolares de Vilariño, Mallón y Camos-Baleazas, y la puesta en funcionamiento de las escuelas Proval.

En infraestructuras deportivas, es patente no solo la construcción del Pabellón Polideportivo de Panxón -y sin apenas ayudas de la Diputación-, que incluso tuvo que endeudarse el Ayuntamiento con casi 30 millones de (las antiguas) pesetas en su construcción. También fue el artífice de los campos de fútbol que hoy tenemos: Condomínguez (Priegue) y Vilariño (San Pedro), que incluso se compraron los terrenos a particulares; así como la ampliación del Concello y la creación de la primera biblioteca municipal, entre otros.

Y, por supuesto, planificó el futuro desarrollo urbanístico del municipio con la aprobación de unas NN SS que actualmente persisten, llegando incluso a costarle la Alcaldía en el año 87, porque antepuso los intereses generales de los vecinos de Nigrán a los suyos políticos, a escasos meses de unas elecciones municipales, y que treinta y dos años después todavía Nigrán no cuente con un Plan General de Urbanismo es para hacérnoslo mirar. DEP