Sólo le quitamos las vendas de los ojos para mirar al pasado. Las esposas para acariciar el piano. Y los grilletes de los tobillos y la bola de plomo cuando desveló sus secretos.

Empezó cuatro carreras y no acabó ninguna. Probó en matemáticas y después se apuntó en historia. Luego en Vigo hizo biología y su mamá quiso que se matriculase en derecho por la UNED. "Las madres son muy manipuladoras". A los 17 le permitió ser músico pero bajo coacciones: ver menos a los colegas, ir al conservatorio?

Desgrana su proceso creativo. "Cada vez soy menos perfeccionista pero me divierto más. Si piensas en el público no te dejas llevar. Así nunca vas a contentar a nadie".

"Lo más importante es creérselo uno aunque a los demás no le guste. Que no te dé vergüenza. Es una heroicidad. Cuando acabamos Ultrasónica mis amigos, ya con coches alquilados y piso en propiedad, me dijeron que no podía sacar eso. No tenía autoridad para hablarle de mis emociones". Gustó más fuera de su círculo. Habla sobre la decepción y el desencanto. El corte Filofobia, "me encanta la palabra", procede de un disco que le regalaron que está inspirado en un pasaje de Los Simpsons.

No hay que estar amargado para componer, hay que estar feliz. "Me acostaría con David Lynch". Una vez vino a Madrid y dijo que era una tontería que un artista estuviera toda la vida atormentado. Y Almodóvar no lo entendía. "Mis canciones más tristes las he escrito supercontento. Me tomo el trabajo a coña. Toda canción necesita una puerta trasera. Me gusta escribir más de ideas que de personas. Que si luego la toco dentro de tres años no me afecte". Le gusta que las canciones tengan múltiples puntos de vista

Los domingos cuando regresa de los festivales no es el mejor momento para que aprecie una canción. "Necesito que alguien me emocione a mí: un libro, una película?".

"Mi trabajo es mentir. Despistaros y que entendáis otra cosa. Voy encriptando todo. No quiero que se sepa mi vida. Me aburre hablar de mí. No sé como soy. La comunicación es torpe y distorsionada". "En mis canciones quiero ser una mujer, un homosexual, un extraterrestre. El mayor censor ahora se llama Twitter".

Se sienta al piano. Bajo petición popular toca Farsante. "Leiva llegó a su casa con un estribillo de un tema que iba a ser para Raphael. Al principio me obsesionaba pensando si parecía un pastiche". Se anima con Bueno, averno de Egon Soda. "Ellos no la tocan". Le cuesta encontrar a la tecla. A la tercera sale. Y los móviles de los fieles recogieron testimonio audiovisual en la sede de la SGAE. Los milennials no usan boli bic.