De unos años a esta parte la poesía, esa gran olvidada del mundo literario, se ha abierto camino hasta alcanzar una de las más altas cotas de ventas del mercado, dominando actualmente la venta de libros entre el público juvenil. La frescura, irreverencia y una buena dosis de sinceridad, le ha granjeado un éxito sin precedentes que le ha permitido copar las estanterías de las grandes librerías de todo el país.

Entre toda esta ola de nueva poesía y jóvenes poetas, la ciudad de Vigo ha logrado despuntarse como un referente indiscutible, tanto dentro de Galicia como fuera, bajo la bandera de los versos y la libertad de las rimas. Puede que sea su cosmopolitismo incipiente o el profundo trabajo de su alcalde Abel Caballero en materia cultural, pero lo que sí es cierto es que a pesar de todas las tempestades y adversidades, la ciudad olívica se ha volcado en sí misma para recuperar ese género literario tan en auge, con gran éxito podríamos añadir, como testifica la organización anual del importantísimo Festival Internacional Kerouac.

Y aún por si el olor a salitre y el aire marinero que inunda a diario las calles no fuese suficiente fuente de inspiración para los artistas, en pleno centro podemos hallar el muro de los poetas. Un gran mural de blanquecinos y azulados azulejos, alusión directa a nuestro hermano lusitano, que llena de luz y vitalidad la ciudad gracias a la gran cantidad de versos grabados en su relieve, y que fueron brindados por decenas de conciudadanos que han querido participar codo con codo en la tarea de revitalización del panorama cultural vigués.

Y es que ya son muchos los locales y grupos poéticos que nacieron en la ciudad en los últimos tiempos y por suerte, o quizás por todas estas causas, día a día ven la luz nuevos poetas que trabajan por encumbrar esta ciudad como un faro literario dentro del Maresme cultural que es esta nuestra Península Ibérica. Y en medio de esta marejada, podemos abrir las velas y surcar los mares tranquilos pues este próximo jueves 14 de junio verá la luz un nuevo ejemplo que atinge al caso que nos compete: la resurrección del género poético. Iago Barreiro Prego escoge el Café Perú para alumbrar su visceral nacimiento bautizado como Generación Rota y el relevo sucesorio respira tranquilo, pues ante este panorama de jóvenes artistas, queda todavía fuelle de sobra para arribar a puerto y pasear tranquilamente por esta ciudad que da nombre a la Ría.

Y Vigo respira tranquila bañada de poesía.