Jerry Lewis, no hace mucho fallecido, magnífico actor cómico, director y presentador, dirigió e interpretó como protagonista la película que esta carta lleva por título. Otro remake en el año 2000 fue protagonizado por Eddie Murphy. Vuelven en las dos versiones a recordarnos a Dr. Jekill y Mr. Hyde, otro profesor que tras beber una pócima por ellos preparada se transforma totalmente.

Circula una tercera versión estrenada estos días, donde el protagonista lo interpreta un profesor universitario y a cuyo nombre no deseo darle más publicidad. Él mismo se la ha dado en las redes sociales y los medios televisivos que, sobre todo, han contribuido a multiplicar por mucho, a mi juicio innecesariamente, sus vergonzantes palabras. Aquí, en esta nueva versión del profesor chiflado, este ¿docente? interpreta un drama: el que protagonizó en el papel femenino una chica agredida o violada sexualmente por una manada. Una manada de canallescas figuras, que a pesar de las cartas que desde la cárcel escriban defendiendo un matiz jurídico, que ese es el embrollo de sus sentencias, y por lo que han sido condenados de momento, a 9 años, no podrán cambiar ya dicho término sobre sus personas.

Este "profesor", libre por supuesto de interpretar u opinar sobre la sentencia, como lo ha hecho el discordante tercer juez que juzgó el caso, va mas allá, despotricando por las redes sociales cosas impropias de cualquier persona y máximo en una persona que ejerce la docencia, haciendo culpable a la pobre víctima y al género femenino. Daño hace asimismo al colectivo docente, que bastante tienen ya con las que les están cayendo. Muchos nos planteamos la reflexión: Con profesores así, ¿qué alumnos se pueden esperar? Me he alegrado. Sus alumnos y otros han pedido su inhabilitación, bien por ellos. Primero la educación y la ética, luego la materia.

Sin lugar a dudas, las redes sociales son lugar a controlar y a legislar en serio por los gobiernos, pues no vale todo. ¿Cualquier profesor o analfabeto, con una cámara, móvil o micrófono, con un afán de protagonismo que no se puede aguantar, puede decir todo lo que le dé la realísima gana, basándose en la libertad de expresión? Pues que suelten a todos los yihadistas.