En Faro de Vigo del viernes 14 de julio 2017, pág. 7, Sandra Penelas publica una entrevista con David Garza, rector del Tecnológico de Monterrey (México), sobre el "VII Foro Internacional de Innovación Universitaria", referente al revolucionario sistema de docencia Tec21, según el cual al alumno hay que retarlo para que dé lo mejor de sí mismo con lo cual estoy completamente de acuerdo.

Educar no es solo enseñar una carrera para vivir, es templar el alma para la lucha por la existencia, no solo en el colegio, sino en el hogar y en la vida. Yo opino que es importante también el trabajo de los educadores, sobre todo en esta era de innovaciones educativas y tecnológicas.

Las innovaciones por lo tanto, no deben limitarse a enseñar las materias de estudios tradicionales y memorizar, sino que deberían concentrarse también en el profesor; este no debe ser solo un vehículo de aprendizaje para el alumno, debe ser un despertador de almas; con inquieta pupila debe adivinar la vocación de los alumnos y lanzarse audazmente a lograr el fruto de la semilla descubierta; la finalidad no debe ser solo el conocimiento y la formación, sino la autorrealización del discípulo basándose en una nueva interpretación del mundo y de la misión que en él tiene que llenar el hombre. El profesor proporciona información y conocimiento, pero también debe forjar la inteligencia y la voluntad que haga surgir la obra maestra que existe en cada uno de sus alumnos. El maestro o profesor debe forjar voluntades de triunfadores e indicarles la ruta a seguir para lograr la plena realización y la rectitud personal. Debe hacer soñar a sus alumnos en hacer posible lo imposible.

El educador debe ser considerado el profesional más respetado de la sociedad porque de él depende la grandeza de un país.