Ya tengo dicho que en este mi pueblo la mayoría de los días aparece abrazado amorosamente con nieblas del Tambre que solo despejan ya muy avanzada la mañana y al mediodía cuando se retiran y vuelve a brillar el sol la vida deja de ser tristona y nos parece más alegre y así nos damos cuenta de que somos un pueblo muy democráticamente avanzado.

Echando cuentas hemos tenido ya en Negreira una moción de censura, una tránsfuga, un lío de sobres y ahora, para no ser menos, tocaba un imputado, que ha tenido que dejar de ser alcalde, dejando muy claro que debemos decir que estar imputado no es ser culpable de algo ni mucho menos, solamente que hay una sospecha que debe investigarse y luego se determinará si lo es o no.

Con lo visto hemos tocado cada punto oscuro de nuestra joven democracia comarcal y con ello nos hemos hecho merecedores a ser los más pecadores entre los componentes del Partido Judicial y alrededores, eso sí, con el desparpajo y alegría que nos acompaña mientras transcurre el tiempo para abrir una botella de champán por haber perdido el sentido de la orientación y mesura o por un inmenso trastorno de autoestima.

Estas equivocaciones o éxitos han marcado a sus correspondientes personajes en su vida política porque no hay tarea tan simple que no se pueda hacer mal.

Y como se suele decir por Londres y también por Negreira; Everything depends, na is eternal and everything happens sometimes. Todo depende, nada es eterno y todo pasa algunas veces.

Y algunas veces, como en las mejores familias, nos pasa aquello que más odiamos y que más deseamos para todos los demás. Pero no aprendemos. Y de seguir así, me temo que lo próximo igual puede ser pedir la independencia nacional.

Lo peor es que dentro de todo lo malo a lo mejor tampoco seríamos los primeros. Y tal como están las cosas y los gobernantes de turno, tampoco sería de extrañar.

Solo nos queda ser el lugar de la primera concentración parcelaria de toda España.