He leído en FARO DE VIGO de fecha 22 de mayo, en la página dedicada a "Condado/Paradanta", la noticia de que a don Juan José Pérez Labaca le ha sido concedido por parte de la coporación municipal de Ponteareas el título de Hijo Adoptivo de la Villa.

Tengo que reconocer que, como amigo personal de don Juan me llevé una gran alegría, aunque me gustaría hacer una puntualización: tuvo que fallecer para que se le concediera tal honor, como si el gran y último mérito de su poblado curriculum fuera el certificado de defunción. Creo que sería más bonito que las distinciones fueran otorgadas a las personas que se las merecen mientras ellas puedan disfrutarlas porque, sobre todo en este caso, se ha privado a don Juan de la que, con toda seguridad, hubiera sido una de las mayores alegrías de su vida.

En fin, no nos queda otra que disfrutarla, en su honor, las personas que lo queríamos.