La violencia nunca tiene justificación

Nacho LouroA Coruña

El pasado lunes recibimos con tristeza y gran consternación la noticia del asesinato a balazos de la presidenta de la Diputación y partido popular de León. La degradada imagen pública de la política es un caldo de cultivo para ejercer una violencia desmedida hacia los políticos, pensando de forma equivocada que todo vale, que todo tiene justificación ante la actual situación económica y social de la que hacen responsables únicos a nuestra clase dirigente.

Una parte de la sociedad, incluida una mínima representación de la clase política, sí quiere instrumentalizar y establecer una relación directa del asesinato de Isabel Carrasco con las consecuencias de las decisiones políticas que se han tomado en los últimos meses, contribuyendo desde hace tiempo con sus soflamas y manifestaciones a encender y dar vida a la llama de la violencia verbal y física sobre políticos e instituciones democráticas. Somos testigos de cómo en las redes sociales mucho individuo se alegra y celebra el daño ajeno, la muerte, la violencia ejercida sobre las personas, más si es un político, lo que pone de manifiesto la existencia de un tipo de gente envenenada e influenciada negativamente por ideologías sustentadas en el odio, la ira y el culto al resentimiento que les conduce a una espiral de locura y violencia sin sentido y justificación posible.

La sin razón de la violencia, en todas sus formas, se está instalando en parte de nuestra sociedad, auspiciada y alentada por muchos a los que se llena la boca hablando de democracia, libertad, tolerancia, igualdad. Y lo más preocupante es que esa violencia es justificada y comprendida por algunos cargos públicos y dirigentes políticos.

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