Símbolos al destierro

Jaime Gómez López-Vigo

Han pasado ya o están a punto de terminar las fiestas de Navidad. Estoy seguro de lo contentos, satisfechos y alegres que estarán todos aquellos "cristianofóbicos" (vaya palabreja) al haber conseguido enviar al destierro todos los símbolos del cristianismo propios de estas fechas. Dejando a un lado las antiguas celebraciones del solsticio de invierno o las Saturnales de la vieja Roma, la Navidad es una fiesta netamente cristiana ¿o no? Y bien que la celebran a su manera, por supuesto, los que no creyentes aprovechando los días de asueto, de igual forma que lo hacen en la Semana Santa. Yo me pregunto, ¿por qué no abogan por suprimir tal descanso para ellos en todos los festivos religiosos?

Ya no solo molestan y resultan ofensivos los crucifijos en colegios públicos y privados, incluso, si no que se suprimen todo clase de símbolos del cristianismo en alumbrado público, música callejera, etc.

El espíritu navideño solo se manifiesta en consumismo, celebraciones múltiples en sociedad, viajes de vacaciones, etc., todo lo cual me parece muy bien para quienes así lo deseen, debiendo ser respetado tal proceder. Pero por el contrario y en justa reciprocidad no se nos debía sustraer a los católicos practicantes y creyentes, la alegría de disfrutar de un ambiente de celebración que no tendría que molestar a nadie. Y que no vengan con monsergas argumentando que cada cual debe realizar sus ritos en la intimidad o dentro de las iglesias porque volvemos al principio, ¿es la Navidad una fiesta que celebra el nacimiento de Jesús o no?

No hay duda alguna de que existe, como bien ha dicho el Papa, una evidente "cristianofobia" que no nos merecemos y menos en la actualidad, todos aquellos seguidores de Jesucristo, que en ningún momento respondemos con estridencia o violencia a los desprecios y marginación de que somos objeto.

¡Feliz año 2011!

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