Recuperación de los grandes valores

Ante el nuevo año que se nos avecina, permítaseme acudir al antiguo lema de los tiempos heroicos: "Todos a una con el rey". Y me acojo a esta vieja fórmula tras escuchar primero y leer después con reposo el mensaje real con motivo de la Nochebuena, y que estas navidades nos ha llegado con una impronta excepcional.

En efecto, dejamos detrás un año difícil y complejo, estremecidos por una crisis que afecta todos los sectores de la sociedad, agobiados por el incremento del desempleo y el cierre incontenible de empresas. Don Juan Carlos ha repasado minuciosamente las tareas que nos aguardan en los años venideros para recuperar la grandeza de esta nación que nos abraza a todos y que de todos reclama renuncias y entregas. "Es preciso –nos dice el monarca– seguir adelante con empeño".

Y para este magnífico esfuerzo reclaman sus palabras la recuperación de los grandes valores y virtudes que, señala: "Cuya ausencia no es ajena al origen de la crisis".

El mensaje del rey, sin ocultar la gravedad del momento ni apartar la mirada de una realidad que se percibe inquietante, pero sin dejarse llevar por el desaliento, ha tenido la virtud de la mirada valiente y precisa que aguardan los ciudadanos de su jefe de Estado.

Y en este sentido, por contradictorio que parezca, sus palabras son portadoras de un sereno optimismo, el que procede, no de gestos regidos por el voluntarismo, el egoísmo o el sectarismo, sino el esfuerzo que se reclama de todos y a todos implica.

Aunque todavía el año nuevo que nos aguarda requerirá del pueblo español de nuevo sacrificios, yo quiero pensar, y compartir con cada uno de los lectores, que habremos de enfrentarlos con un espíritu renovado de confianza en nuestra capacidad de recuperación. Y ese optimismo real tendrá mucho que ver en ello.

Haciendo nuestras las palabras de d. Juan Carlos, "Todos a una con el rey" debería ser el reclamo que una y aliente a los españoles en este Año Nuevo que ya toca a nuestras puertas.