Ley del Oeste en Ramallosa

Enrique Fernández Rodríguez

Se acuerdan ustedes de aquellas películas del Oeste donde en una ciudad reinaba el desorden y la falta de ley a la espera de la llegada de un héroe, pues en eso se ha convertido Ramallosa.

Podemos empezar mencionando las maravillosas obras que se realizaron y de las cuales el alcalde salió presumiendo en el periódico, pues bien no solo nos dejaron sin aceras a los vecinos sino que dieron vía libre a los vehículos para que aparquen donde consideren oportuno sin miedo a ser sancionados. No es raro ver a las madres teniendo que salir a la carretera para poder pasar con los carros de los niños y no se te ocurra recriminarles su actitud ya que corres el riesgo de que como mal menor te insulten. Sueñas con que en algún momento aparezcan "los sheriffs" locales y pongan un poco de orden, pero pueden pasar horas y horas que no tendremos esa suerte.

Los domingos por la mañana se han convertido en un estercolero donde los vecinos tenemos que esquivar botellas de alcohol vacías, vasos de cristal rotos o vomitadas de algún joven que la noche anterior realizó algún exceso, eso sí, si le preguntases al individuo diría que algo le sentó mal en la cena. Y los domingos por la tarde pues un poquito más de botellón antes de entrar a la siempre presente discoteca de la zona, es decir más vasos, más botellas y más indisposiciones estomacales.

Podríamos hablar también de la seguridad nocturna de la zona, del gran parque para niños que tenemos encima del aparcamiento, por cierto conocen ustedes algún parque en sus localidades que tenga un tobogán como única atracción, menos mal que el alcalde de Nigrán no trae músicos para las inaguraciones de los mismos, iban a ser más músicos que niños para disfrutarlo, así esta.

En definitiva estamos a la espera de que aparezca un héroe en la zona y nos libre de esta opresión a la que nos encontramos sometidos ¿algún voluntario?

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