El castillo de Pambre, una vez más

José López Cid

Por fin, la Xunta ha hecho llegar a los Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis su oferta de compra por el castillo de Pambre, en Palas de Rey, pero conocida la cantidad de la misma, casi mejor que no la hubiesen presentado.

Parece que la Xunta vuelve a dar muestras de no apreciar el valor histórico, cultural y turístico del mencionado castillo, y, por supuesto, todavía aprecia menos la formidable labor que esta orden religiosa lleva a cabo en la ciudad de Vigo, en donde dicho sea de paso, ayuda a tapar las deficiencias que ni Concello de Vigo ni la misma Xunta son capaces de resolver.

Porque el tema del albergue sigue en punto muerto como hace un año y como hace dos y lo que es peor sin que se aprecie otra cosa que lo de siempre. Acusaciones mutuas, descalificaciones, posiblemente incluso mentiras, etcétera.

Sabemos que el momento económico no es bueno, pero siempre existen soluciones y acuerdos posibles, razonables y respetuosos para ambas partes, toda vez que por parte de los misioneros hay una disposición total para dar las mayores facilidades.

Desean firmemente que el castillo sea de propiedad pública, para que todo el mundo pueda disfrutarlo de forma asequible. Es un bien cultural a proteger y mantener.

Pero los misioneros de Teis son eso, lo que su nombre indica, misioneros. En la Xunta parecen pensar que además son tontos.

Ofrecerles poco más de un millón de euros por algo valorado en diez, parece como poco, una tomadura de pelo. Y no creo que se pueda dudar de la tasación llevada a cabo por el arquitecto César Portela, a quien se le considera en estas ocasiones una autoridad.

Mientras en Teis, el padre Donaire hace malabarismos para atender un mínimo de doscientas personas diarias. Casi un milagro porque además las subvenciones y ayudas han bajado como consecuencia de la crisis.

La solución, en manos de la Xunta.

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