Porriño

J.L. Gil Vázquez

El urbanismo en Porriño va de mal en peor, en cuestión de pocos años se ha transformado esta localidad en una especie de caos, donde todo vale, crecen como hongos y a pesar de la crisis, bloques por todas partes, en calles pequeñas y estrechas, edificios sobredimensionados en su porte, junto a casas antiguas de altura más acorde con su entorno, algunas de esas aberraciones a escasos metros del ayuntamiento, desapareciendo joyas arquitectónicas como hace un año y medio, una mansión de estilo modernista, junto a la "Capela do Cristo" sustituída por un mastodonte de varias plantas.

Mamotretos como el que se ha erigido frente a la estación o los que jalonan un lado de la Avenida de Galicia, la cual por cierto ha pasado de ser una vía de doble carril en casa sentido (lo que le otorgaba un aire de ciudad importante) a ser un embudo y trampa para conductores en horas punta y sobre todo para ambulancias y vehículos de emergencia; las últimas obras de humanización además se han llevado por delante árboles y arbustos, al cambiar aceras normales de tonos coloristas por otras de tosco granito, que ahora es lo que mola por ser supuestamente "máis enxebre". No habría otras prioridades donde meter " os cartos". ¿Cuándo van a trasladar el maloliente matadero del centro de la villa? ¿Por qué no hay más árboles en las calles? ¿Quién es el responsable?

Me imagino que el señor Raúl Francés que ya lleva de alcalde unos cuantos años, a pesar de que su partido el BNG, no es precisamente el más votado, tendrá algo que ver en todo este desaguisado.

Lo triste es que otros concellos gobernados por otras formaciones también sufren de males parecidos. Una desgracia.

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