Como señal de que se acercan mejores tiempos, los ciudadanos vamos viendo florecer en balcones y ventanas, cada vez más y por más tiempo, más grandes y multicolores carteles de "Se vende". Paradójicamente, porque no se venden como antes los inmuebles, en un santiamén y hasta sobre planos.

Nunca llueve a gusto de todos, y aquí se quejarán e intentarán ocultar la realidad los acaparadores y especuladores de esos bienes de primera necesidad, las viviendas. Y las tan atrasadas lluvias traerán probablemente algunas tormentas, que perjudiquen a algunos inocentes. Pero la situación era ya insostenible para casi todos, y cuanto más se tarde en volver a un equilibrio estable en el mercado de la vivienda, a unos precios proporcionalmente adecuados, peor será para el conjunto de la población.

María Faes Risco - Madrid