El "incidente" del buque Ostedijk ha provocado, como siempre, una avalancha de valoraciones técnicas de expertos de todo tipo y pelaje.

Escondidos en trasnochadas experiencias y conocimientos, hablan y escriben sin parar en los medios de comunicación, pontificando sobre las actuaciones de los unos y los otros, pero sin ningún tipo de sustento normativo en vigor.

Yo, yo, yo ... ese es el mensaje, no otro ...

En la "puñetera" marina mercante/civil que nos ha tocado sufrir, siempre ha existido el mismo problema: el egocentrismo.

Quítate tú, que me pongo yo...

Determinados colectivos, que en realidad son los de siempre, no admiten la presencia de otros en los puestos de responsabilidad. Pero la realidad ha venido a demostrar, una vez más, que los "inquisidores" poco o nada han aportado para corregir las cosas.

Su desconocimiento es tan profundo, que se han convertido en un alto riesgo para la seguridad marítima, desvirtuando los hechos y confundiendo a la opinión pública a través de unos sensacionalistas medios de comunicación.

Ninguno de los "inquisidores" ha recordado la Ley 62/2003, el Real Decreto 210/2004, el Dictamen de Regiones del Parlamento Europeo, de septiembre de 2004, la disposición adicional transitoria del Real Decreto 210, donde se habla de la confidencialidad de las actuaciones, entre otras muchas cosas.

Internet hace milagros, auténticos milagros y convierte a auténticos "mantas" en protagonistas de los incidentes, accidentes y catástrofes medioambientales.

Copian, copian, copian... pero en realidad no saben de nada.

Seguro, segurísimo, que hoy hemos puesto de moda "conceptos" inéditos en los medios de comunicación.

Los "inquisidores" ya tienen nuevas materias de las que hablar.

Antón Salgado Clavo

o A Coruña