Un año más al llegar a la época de verano asistimos a los "tradicionales" incendios forestales. Por desgracia, además de la pérdida de materia de masa forestal, con todo lo que conlleva (árboles, plantas, animales) también se están produciendo pérdidas humanas. Llegado a este punto es cuando los que nos gobiernan se dan cuenta del problema.

Los incendios forestales hay que combatirlos durante los 365 días del año, y sobre todo, cuando no hay riesgo de incendios; esto es durante el otoño-invierno-primavera. El monte es algo vivo que necesita los mismos cuidados que cualquier lugar donde habitamos. No es posible que se utilice simplemente como lugar de producción de madera en estado salvaje, sin una planificación que incluya:

A.- Limpieza de las zonas de bosque de elementos que puedan hacer peligrar la existencia de los propios árboles, como ramas secas, material combustible abandonado, con mano de obra trabajando sobre el terreno los 365 días del año.

B.- Delimitación de zonas mediante la construcción y mantenimiento de cortafuegos que por su propia existencia van a procurar la extinción de los incendios de forma natural, esto es cuando el fuego llega al cortafuego si está limpio, no tiene material que quemar con lo cual se apaga por sí solo.

La existencia de cortafuegos implica dedicar cantidades grandes de monte sin producción de masa forestal (árboles), pero tendríamos que preguntarnos qué será lo mejor: si tener mucha masa forestal que empieza a arder en una provincia y acaba en otra o tener planes racionales con cortafuegos efectivos que impidan la propagación de los incendios.

Desde un cortafuegos mantenido en condiciones, con accesos adecuados es más fácil atacar un fuego que desde un punto del bosque sucio, lleno de maleza y madera que puede incendiarse en cualquier momento de manera muy rápida y violenta con mucho peligro para las personas que combaten el fuego.

Además del Xacobeo, la Vuelta al Mundo a Vela, el Aniversario del Quijote y las múltiples fiestas gastronómicas, las distintas administraciones tienen que tomar conciencia y pensar que aparte de promocionar los distintos eventos teniendo como marco el mar y la montaña, además de eso, hay que cuidarlo y hay que invertir dinero en prevención creando trabajo estable y continuo durante todo el año. Es preferible gastar dinero en prevención, creando trabajo y seguridad, que gastarlo en extinción, que implica riesgo para las personas, gasto de agua, que no tenemos, contaminación por medios aéreos en zonas quemadas, etc.

Finalmente sería bueno educar a las personas que van a disfrutar del monte para que los desperdicios que producen se los lleven para la ciudad y los depositen en los contenedores, prohibir hacer fuego, incluso en las áreas de recreo, durante los 365 días del año y a los ayuntamientos a obligarlos por decreto ley, a que, si establecen áreas de recreo en su término municipal, recojan los desperdicios como más tarde todos los martes en épocas de uso: primavera, verano y otoño.

Alejandro Cabaleiro Martínez - Vigo