Opinión
Mesa de la Ciencia Pesquera en Vigo
Según la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, el país que abandera los buques de pesca tiene la obligación de hacer investigación científica de los recursos explotados y el seguimiento continuado de la actividad de sus buques. Además, según los tratados internacionales, la gestión sostenible de las pesquerías ha de basarse en la mejor información científica disponible.
España, con el fin de debatir y asesorar en aspectos científicos y técnicos a los ministerios responsables de investigación y de pesca sobre las políticas públicas relacionadas con la pesca, así como para servir de vehículo para la participación de la sociedad civil creó, en 2022, la Mesa de Ciencia Pesquera.
Esta Mesa interministerial, configurada como un grupo de trabajo permanente y consultivo, está copresidida por la Secretaría General de Pesca y la Secretaría General de Investigación y en ella están representados la comunidad científica y tecnológica, el sector pesquero, la sociedad civil y las comunidades autónomas. Se reúne con carácter ordinario, al menos una vez al año, en la ciudad de Vigo.
Debo hacer notar que la elección de Vigo como sede de las reuniones ordinarias de la Mesa de la Ciencia Pesquera no es casual. Se debe a dos grandes fortalezas de la ciudad: la de su pesca y la de su investigación marina. No me canso de recordar que una de las grandes fortalezas de Vigo, además de la industrial, es su potentísima investigación oceanográfica, incluida la pesquera. Así se reconoce internacionalmente gracias a sus punteras instituciones de investigación marina, entre las que se encuentra el Instituto Español de Oceanografía, que, por ley, opera al servicio de la política científica y tecnológica del Estado en materia de oceanografía y pesca marítima.
La reunión de este año, la cuarta de su aún corta historia, tuvo lugar el pasado 30 de octubre y asistieron tanto la secretaria general de Investigación, Eva Ortega Paino, como la secretaria general de Pesca, María Isabel Artime García y la directora del Instituto Español de Oceanografía, Rosa Figueroa Pérez. En ella se trataron varios asuntos. Fundamentalmente tres: socioeconomía, nuevos artes de pesca y acuicultura.
Es conocida la fortaleza de la investigación sobre los aspectos biológicos y medioambientales de la pesca. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos individuales, la investigación sobre sus aspectos económicos y sociales es aún incipiente. En la Mesa se presentó el recién creado Grupo de Trabajo de Socioeconomía que con objetivos muy claros, entre ellos analizar las consecuencias más probables de tomar una medida de gestión determinada sobre la economía y el empleo, ha comenzado su andadura.
Indudablemente para que este grupo de trabajo funcione como todos deseamos, pudiendo realizar y cuantificar sus análisis, necesita investigadores de calidad (que los tiene) y a tiempo pleno, una buena estructura, buenos datos, índices de referencia, etc. En definitiva, necesita una financiación adecuada. En manos de las dos copresidencias de la Mesa está el proporcionársela.
Con respecto a las nuevas artes de pesca se presentaron interesantísimos estudios sobre la mayor eficiencia y menor consumo de combustible que se pueden conseguir modificando ciertos elementos de las redes de arrastre de fondo. Especialmente usando puertas «voladoras» que no toquen el suelo marino. Los resultados son realmente esperanzadores ya que evidencian un menor coste energético, menores emisiones de CO2 y menor impacto sobre los fondos marinos.
Finalmente, se habló de acuicultura. Se mencionó que la acuicultura en Europa aporta solamente una tercera parte de la producción marina, mientras que a nivel mundial ya representa más de la mitad del total. Se hizo hincapié en que la acuicultura no es, ni debe ser, un sustituto ni competencia de la pesca, sino un complemento. Y que ambas deben convivir en la dieta y los mercados en un mundo con necesidades de proteínas de procedencia marina debido a su poder nutricional, su calidad, sus beneficios para la salud y su aporte a la seguridad alimentaria. Pero es necesaria, al igual que la pesca, una acuicultura sostenible desde los aspectos medioambientales, económicos y sociales. Se explicaron los grandes avances de la acuicultura en estos tres aspectos sobre los que no me extiendo para no alargar aún más este artículo.
Muchos asistentes, valorando positivamente los debates que tuvieron lugar entre científicos, administraciones, sector pesquero y acuicultor y sociedad civil, pidieron la reunión de grupos de trabajo específicos para debatir con más profundidad algunos aspectos tratados u otros de interés general. Así que creo que se debe felicitar a los organizadores, ponentes y participantes en la Mesa por su éxito. Y también felicitar a Vigo por ser sede y acoger anualmente este gran evento científico.
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