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Opinión | Newsletter de Deportes

Los méritos y los puntos

El análisis semanal del presente, pasado y futuro del deporte con Juan Carlos Álvarez

Newsletter de actualidad deportivo por Juan Carlos Álvarez

Newsletter de actualidad deportivo por Juan Carlos Álvarez

Con el fútbol me pasa como con algunas series de televisión: que no las entiendo pero sigo enganchado a ellas con la permanente ilusión de que el siguiente capítulo (o temporada) aclare mis dudas o dé sentido a todo lo anterior. Doy por bueno lo que pase aunque renuncie a explicarlo después porque no sé cómo hacerlo. Muchas veces paso por aquí para recordar lo inútil de ciertos análisis ante lo caprichoso de un deporte que se mueve en base a impulsos difíciles de prever o medir. Siempre habrá algo ingobernable en el fútbol y ese es uno de sus grandes atractivos y lo que lo diferencia del resto. Imaginen a Bordalás en el balonmano; imposible. Hay cuestiones y personajes que solo adquieren sentido en este mundillo. Viene a cuenta esta introducción porque resulta que el Celta ha empezado a ganar partidos cuando sus méritos resultan más sospechosos. Al principio de temporada tenía más juego que puntos y ahora tiene más puntos que juego. Y dudo que Claudio sea capaz de explicarlo del todo.

No soy idiota (o eso creo) y celebro esta racha de resultados que acumula el equipo después de su solvente comienzo de otoño, pero conviene no autoengañarse: con el tiempo las cosas se equilibran y la puntuación acaba por corresponder con los merecimientos de cada uno. Las rachas cogidas con pinzas, sin una base sólida detrás, tienen siempre una caducidad más bien corta y por eso Claudio ayer tenía el gesto torcido después de ganar a un Levante que con diez futbolistas durante más de una hora comprometió con dos ideas básicas a un Celta que nunca acabó de entender bien cómo debía gestionar la ventaja y el inquietante escenario en el que se estaba moviendo el partido. Curiosamente el equipo se comportó mejor contra once, como si el plan de partido lo tuviese bien asimilado y todo se complicase cuando el destino les puso ante un paisaje que no esperaban. Se quedaron con estos conductores que ya no saben vivir sin GPS y descubren con espanto que han perdido la cobertura. Signos de inmadurez que aún penalizan en exceso. Sobrevivió gracias a que en la última embestida Miguel Román sacó su martillo para ajusticiar al bravo Levante. Se crece mejor desde la victoria y esa es la principal enseñanza que nos deja el partido. Pero hace bien el Celta (y hace bien Claudio) en poner una mueca de disconformidad.

El Celta prevé vender por 32 millones para revertir las pérdidas

A la gente no le gusta que le hablen de dinero y mucho menos para recordarle que el panorama es complicado. Hace años se acuñó una frase que, aunque cierta, resulta muy irresponsable: “Nadie celebra un balance”. Posiblemente la autoría corresponda a Valdano, tipo genial en su lectura del fútbol pero también padre de algunas de las chorradas más grandes que se repiten en este deporte. Pues sí hay que celebrar y lamentar balances porque sin números sanos a la larga no hay mucho más. El Celta ha vuelto a perder dinero la pasada temporada y se ve abocado otra vez a importantes ventas para sostener el chiringuito en pie mientras no entren nuevos ingresos o equilibre al fin el gasto que hace en su plantilla. Hay que gastar menos, pero hay que hacerlo bien. El drama del Celta es tener un montón de dinero enterrado en futbolistas que o no están en Vigo o son residuales en la plantilla. Ese es el lujo que no se puede permitir y en el que por desgracia han caído en estas últimas temporadas. Es bueno que se sepa y sobre todo es bueno que se le explique a la gente con la crudeza que sea necesaria. Quien quiera entenderlo lo entenderá.

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Me apunto

Escuela de felicidad

El Amfiv no se fue. Desapareció su equipo en la máxima categoría, desamparado mientras las instituciones silbaban ajenas a su drama, pero el club mantiene el espíritu de quienes lo fundaron hace medio siglo como herramienta para la integración de personas con discapacidad. Es el suyo uno de los ejemplos más hermosos de compromiso con la vida, con la sociedad y con el deporte. Esa actividad se mantiene. Su ejemplo sigue siendo emocionante.

Cuarenta años del milagro de Maradona en San Paolo

Llevaba años esperando a que llegase el 3 de noviembre de 2025 y tener la excusa perfecta para escribir de mi gol favorito de siempre. Con la excusa de que se cumplen hoy cuarenta años vengo a contar aquella obra maestra que fue el gol que Maradona marcó a la Juventus en Nápoles para resolver un partido jugado en una tarde desapacible. Una falta imposible dentro del área, un libre indirecto, en el que fabricó uno de sus grandes prodigios. Forma parte de mis recuerdos juveniles. Aquel domingo por la noche Estudio Estadio (lo que eras y en lo que te han convertido) lo emitió por primera vez en España. Fue como una revelación. La obra de un elegido, de un genio, de un dios que fue Diego para los napolitanos. Si no lo han visto, búsquenlo con urgencia.

Me voy con urgencia que llego tarde a mi cita con ustedes. Y la culpa, aunque no se lo crean, la tiene la inteligencia artificial. Un día les cuento el porqué.

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