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Opinión

Enterrar a los muertos como Dios manda

Dos momentos o circunstancias casuales recientes me han sugerido escribir sobre este asunto, precisamente en los primeros días del mes de noviembre, tradicionalmente dedicado a reflexionar sobre las postrimerías de esta vida terrenal.

La primera surgió a partir de las últimas palabras de una entrevista, publicada recientemente en FARO a Jacobo Siruela, el original editor y verso suelto de la noble familia de los Alba. El profundo y estrafalario artista discurría así: «Para mí la muerte, como para la mayoría de los humanos, es el más profundo de todos los misterios que rodean nuestra vida. Pero no siento exactamente miedo hacia ella, sino más bien un profundo y grave respeto, unido a una inmensa curiosidad. Por fin voy a saber quién soy y cómo ha sido mi vida, me dice mi imaginación. Porque creer que después de la vida no hay nada, o que el origen de todo este gigantesco prodigio de la naturaleza y el cosmos proviene simplemente de la nada y el azar… ¡Caramba, para eso si hay que tener una fe gigantesca!» La verdad es que me pareció un raciocinio abarrotado de sensatez.

La otra reflexión acerca del trato que debiéramos dar al cuerpo de la persona ya difunta, surgió en mi después de una entretenida sobremesa con colegas sacerdotes alguno de los cuales realiza tareas ministeriales en tanatorios de la ciudad de Vigo. Argumentaba yo – y me daba la razón el capellán de tanatorios-, que las exequias que se llevan a cabo en la ciudad viguesa referidas a personas creyentes o de familias católicas están muy condicionadas, sino secuestradas en esa situación de desconcierto, por la información que se trasmite a las familias de parte de los empleados de los tanatorios vigueses o los responsables de los seguros de decesos.

No siempre se apoya la idea de que el ideal de la celebración de las exequias de un católico es una misa de funeral en el templo parroquial acompañado y despedido por los más cercanos en lo afectivo, lo espiritual e incluso en lo geográfico. Una celebración de la palabra en el tanatorio -que no es lo mismo que la misa o sacramento eucarístico-, y con el tiempo tasado, muchas veces es exclusivamente un sustitutivo indigno del funeral y «para despachar pronto todo esto». Además, excepto en Vigo, en todas las parroquias de esta diócesis los tanatorios están al servicio de hacer la velación del difunto, y si se quiere llevar a cabo el servicio religioso católico éste ha de hacerse mediante el funeral en el templo parroquial correspondiente. A eso me refiero al haber titulado hacer las cosas bien o »como Dios manda».

¿Por qué los fieles católicos de Vigo gozan del nefasto privilegio de ser distintos, al ser puestos en la ocasión de ser (mal) informados de que su póliza no les cubre el servicio religioso si es fuera del tanatorio? ¿Por qué los tanatorios de Vigo tienen un oratorio que ofreciendo un aparente buen servicio religioso católico, resulta verdaderamente inadecuado para los ideales de la liturgia, los deseos del difunto muchas veces y está siendo discriminatorio para los fieles de otras localidades, que con muy buen criterio carecen de capilla, precisamente para que las exequias se trasladen a los templos de cada parroquia? ¿No es más adecuado el fomentar, informar y educar para que lo habitual en las exequias de un católico -tanto en Vigo como en las periferias-, sea el que éstas se lleven a cabo en el templo parroquial al que habitualmente acudían él y/o su familia? La comunidad parroquial acompaña a sus fieles a lo largo de la vida, desde su nacimiento hasta la muerte. «Es lógico que la comunidad parroquial le acompañe también con su afecto y su plegaria en la despedida de este mundo». Las excepciones siempre debieran ser eso, lo no habitual; sin embargo, en este asunto la realidad de aquí ha puesto las cosas muy del revés.

Solo pretendía subrayar que ya hemos entrado en noviembre, el mes dedicado a meditar sobre las postrimerías y también para recordarnos que hemos de tratar con gratitud y «como Dios manda» a los que se han ido y duermen el sueño de la paz

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