Opinión
Estados Unidos presiona a los países para que voten en contra de Cuba en la ONU
Una vez más, como todos los años, volverá a votarse esta semana en la Asamblea General de la ONU una resolución presentada por Cuba para que EE UU ponga fin a un bloqueo a la isla que dura ya 63 años.
Y el Gobierno de Donald Trump, con un halcón de origen cubano como es Marco Rubio al frente de la secretaría de Estado, presiona a los países miembros para intentar que voten en contra.
El año pasado 187 países votaron a favor de la resolución cubana mientras que solo Estados Unidos e Israel, siempre juntos en tantas cosas, lo hicieron en contra y Moldavia optó por la abstención.
Según el Gobierno de Washington, Cuba «representa un peligro para la paz mundial y la seguridad internacional», acusación que el ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez, calificó de «absurda».
Recordó Bruno que La Habana había acogido en su día precisamente una reunión que proclamó Latinoamérica y el Caribe «zona de paz».
Por el contrario, explicó el ministro cubano, es Estados Unidos el que representa un peligro con un criminal bloqueo que trata de provocar «hambruna, desesperación y la caída del Gobierno».
Rodríguez calificó también de «clara mentira» la afirmación de Washington de que Cuba había enviado a Rusia a 20.000 mercenarios para luchar contra Ucrania.
El Gobierno de EE UU basó su acusación en informaciones del servicio de inteligencia militar del Gobierno de Kiev y de un diputado del partido de Zelenski.
«Fuimos nosotros las víctimas del terrorismo organizado desde Miami», denunció el jefe de la diplomacia cubana, quien reiteró que su país tiene una política de «tolerancia cero» hacia los mercenarios y ha condenado a veintiséis de ellos a penas de entre 5 y 14 años».
Los únicos cubanos que Cuba envía al extranjero, explicó Rodríguez, son los cientos de miles de miembros de las llamadas «brigadas médicas internacionales», que el Gobierno de Washington califica, sin embargo, de «esclavitud moderna».
Por otro lado, como ocurrió ya en 2022, Cuba y Venezuela, han sido excluidos de la próxima Cumbre de las Américas, que se celebrará a principios de diciembre en la República Dominicana.
El pasado 30 de septiembre, el presidente dominicano y rico empresario Luis Abinader, ya anunció a la prensa que no se invitaría a esos dos países, algo que La Habana atribuye también a fuertes presiones de la Secretaría de Estado de Marco Rubio.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, cuyo país está sometido, al igual que Venezuela, al continuo hostigamiento militar de EE UU, anunció que no asistiría a esa cumbre porque, según dijo, las exclusiones no conducen al diálogo.
También ha excusado su asistencia por idéntico motivo la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, mientras que su homólogo brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, afirmó, en alusión a la decisión de Abinader, que ningún presidente de otro país puede decir cómo han de gobernarse Cuba o Venezuela.
Mientras tanto, en un foro organizado por el grupo español Prisa, la activista venezolana e inverosímil premio Nobel de la Paz María Corina Machado afirmó en un discurso grabado que «Venezuela será libre y su libertad provocará ondas de democracia en nuestra región». Sin comentarios.
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