Opinión

Luis moreiras calviño

Fiesta parroquial en Lalín

El día 29 de este mes celebramos en Lalín la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, copatrono de esta comunidad parroquial. Siempre se ha celebrado, incluso en tiempos pasados venía un Padre para predicar durante la Novena. El Consejo Parroquial, presidido, dirigido y animado por el párroco don Marcos, ha decidido darle un realce y un sentido especial. Así como la fiesta de los Dolores abarca a toda la población de Lalín y está centrada en la diversión y en las reuniones familiares, queremos que la del Sagrado Corazón sea eminentemente parroquial, de aquellos que participamos con más o menos asiduidad en la Eucaristía dominical, signo distintivo de todo fiel católico. Con todo, cualquier persona puede participar, la Iglesia está abierta a todos. Es católica=universal.

Hacemos un breve análisis sociológico. Nuestro pueblo, así como la sociedad en general, ha experimentado un cambio muy sustancial en el plano religioso. Del setenta u ochenta por ciento que iba a Misa hace cincuenta años, pasamos a ser aproximadamente un diez por ciento los que participamos actualmente, teniendo además en cuenta que la gran mayoría somos jubilados.

Esta realidad puede conducirnos a una actitud pesimista y desesperanzada: al acabar nuestra generación la fe católica se acabará en Lalín; o a una conclusión más realista y esperanzada: probablemente el número de católicos practicantes continúe bajando, pero lo realmente importante es que cada vez sea una comunidad más viva y comprometida. Que sea un grupo eclesial donde se vivan más en profundidad las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad. Que los grupos existentes (catequesis, oración eucarística, terciarios franciscanos, actividad caritativa) se vayan robusteciendo más y más y sean unos elementos verdaderamente vertebradores de la comunidad parroquial. Es deseable que se creen otros grupos, como el de jóvenes.

Hemos de procurar parecernos lo más posible a aquellas comunidades cristianas del Nuevo Testamento, las que aparecen en los Hechos de los Apóstoles y en las cartas de San Pablo, que, sin ser perfectas, siempre hay nubarrones en toda vida humana, tenían muy claro lo que significaba ser discípulo de Cristo, así como el deber ineludible de comunicar el tesoro de la fe a los que nunca habían oído hablar de él. En nuestro tiempo se trata más bien de una «nueva evangelización».

Para participar en la comida de confraternidad el plazo termina el día veinte, pero a lo mejor aun quedan plazas. En todo caso, todo el mundo está invitado a participar en la Santa Misa solemne, que será cantada por la Coral de Lalín, y a continuación también en la procesión por las calles del pueblo con la imagen del Sagrado Corazón, acompañada de una banda de música.

Animémonos todos a participar en esta solemne jornada festiva. Los que ya creemos, para cultivar y profundizar más en nuestra fe. Los que tienen dudas para que puedan disiparlas, porque, como dice el Señor: «En la casa de mi Padre hay muchas moradas y yo os voy a preparar un lugar». Ya lo ha preparado. Todos estamos llamados a vivir con nuestro Padre Dios, ahora y por siempre.

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