El verano está al caer

Dentro de unos días comienza el verano; sus días son los más largos del año.

Invita a salir a la calle y saludar a los vecinos de siempre, aunque algunos seguro que el Señor ya los ha llevado a su seno. Este año sufrimos las impetuosas riadas en Valencia que se llevaron a mucha gente. El ser humano es el único que comete los mismos errores varias veces.

Yo recuerdo allá por finales de los cincuenta del pasado siglo en Terrasa unas riadas impetuosas que causaron muchos muertos.

Tanto en Cataluña como en Valencia las rieras tienen más de doscientos metros, suelen tener un pequeño paseo y después edificios de gran altura. Después de las riadas y destrucción se convierten en lodazales intransitables.

Los corruptos no son de ahora, sino de siempre. Ante la demanda de viviendas los ayuntamientos dejan construir casas baratas y se repiten las desgracias y las lamentaciones.

Hace unos días me contaron una historia que ocurrió en la cuenca minera de Asturias.

Estaba un muchachote de 25 años contemplando el esfuerzo de muchos mineros para salvar la posible vida de compañeros que estaban atrapados en su mina.

Llegó una hermana de este muchacho y le dijo: «Nuestro hermano está atrapado ahí abajo». Se puso a sacar escombros y logró salvarle la vida.

Está visto que nos movemos cuando hay motivación, los cristianos sabemos que somos creados a la imagen de Dios.

Ya sabemos que ser como Él es imposible. Es el norte para llegar a buen puerto. Jesús de Nazaret nos dio el mensaje de «ser perfectos como mi padre celestial es perfecto».

Cuando aprendemos a ver en los demás seres humanos la imagen de Dios, se nos hace más fácil amar a todos y superar «este no es de los míos». El conocimiento de que Dios nos ama nos hará ser un todoterreno que nos hará andar por parajes pedregosos.

Ánimo amigos, no olvidemos y no dudemos de que el Señor está con nosotros.