Opinión | Mira Vigo

Vigo

¡Ay Agustín, Agustín!

Agustín, con sus antiguos compañeros del UD Couto

Agustín, con sus antiguos compañeros del UD Couto / FdV

Agustín, quien fuera portero de Real Madrid en la década de los 80, se reunió para celebrar los 50 años de su fichaje por ese club con sus compañeros de Vigo y exjugadores del U.D. Couto, equipo infantil del barrio Vigués de Couto Piñeiro (hoy Couto de San Honorato). ¡Qué tiempos, oye! Mirad, de izda. a dcha. de pie a Agustín, Sertal, Fidel, Moreno, Guillermo Troncoso y Luis, agachados por el mismo orden, Roberto, Víctor, Suso, Paco y Pedro.

El Vitruvia amplía espacio y pasa al Aero Club

Desde su nacimiento con Javier Ferreiro y Rosana Ojea, os he ido hablando del Vitruvia Café porque vi que era mucho más que un bebedero bien diseñado en las orillas de la Alameda; era un espacio cultural autónomo que, con su piano de cola en la puerta, insinuaba la altura de la música que elegía. Ayer lié a nuestro fotógrafo sabatino y retratista, Augusto Rodríguez, y quedé allí con un máximo hacedor, Javier Ferreiro. Os doy una noticia que va a reconcomer la memoria de la ya extinguida sociedad bien de Vigo: El Aero Club le ha propuesto revitalizar su sede abandonada desde hace tantos años en la calle Reconquista (que tanta historia esconde sancta y non sancta) y Javier ha sucumbido al encanto de su arquitectura interior y a las posibilidades extraordinarias que ofrece para la cultura, el café y el cóctel. Hay escenario, hay sala de concierto que sirve para presentación de libros, conferencias y todo tipo de eventos... Hay chimenea para los días de invierno y, aunque no lo parezca, mucha luz natural por 4 enormes ventanales. Habrá mesas de café, butacas, sillones, sofás... habrá pintura, escultura y fotografía. Hay lista de espera de músicos que quieren presentar sus nuevos discos... Y una primicia: se ha formado el Vitruvia Art Ensemble con grandes músicos internacionales liderados por el vigués Alberto Conde.

Fuimos al Dobao, la vuelta del Pablo viajero a su ciudad, Vigo

Me cité con el escultor y viejo amigo Pedro Dobao, reciente autor de la escultura del escritor Domingo Villar en la Alameda. Fue en la vinoteca que acaba de montar su hijo Pablo en Álvaro Cunqueiro 29, un local esquinero con mucho paso de gente y que ya pasó por vidas anteriores. Le va bien a Pablo desde el principio y ese es un premio a haber mandado al cuerno a sus anteriores incursiones por Madrid (donde trabajó en cafés, para Coca Cola y montó pub propio), Canarias (en el Sotomonte Beach Club de los Viqueira de Vigo), en Barcelona.... ¿Qué coño pintaba en esos lugares turistificados? Volvió a Vigo iluminado su cerebro, oteó el horizonte, halló local, lo cogió y nombró al Dobao, lo personalizó como vinoteca con pinchos calientes y fríos (embutidos de Manzaneda) … y ahí le tenéis al Dobao hostelero.

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